El conocimiento de las debilidades




He querido presentar a ustedes al inicio del tema este video porque en el observamos a personas especiales que han superado extraordinariamente aquello que significa para otros una limitación física, psíquica o moral. Una limitación no es sinónimo de debilidad ya que las debilidades son propiedad de la percepción personal de cada individuo, así pues existe debilidad por un deporte, debilidad de carácter, debilidad por un vicio, debilidad física por el desgaste personal, entre otras clases de debilidad, sin embargo en todas ellas se percibe una pasión dominante que mueve la conducta y realiza acciones que como consecuencia originan la debilidad propia en cada ser humano. Por tanto para el conocimiento de las debilidades es importante conocer la pasión dominante que mueve las acciones personales y que ha creado actitudes peculiares en cada uno, por las cuales nos identifican nuestros hijos, el esposo o la esposa, alumnos, formandos, amigos, compañeros de trabajo, autoridades y otras personas con quienes compartimos cierto tiempo de nuestra vida.

Puede suceder que por las actividades y responsabilidades que se tienen durante el día no identifiquemos claramente la pasión dominante que mueve nuestras acciones y que ha originado una debilidad personal, por tanto sugiero en un primer momento se haga un alto en el día que cada uno elija, que ese día sea exclusivamente para ustedes. De preferencia lejos de casa y del trabajo, puede ser en una casa donde se realizan retiros; un lugar silencioso donde al sentirse un poco cansados tengan una habitación para recostarse y donde no se preocupen más que por ustedes mismos. Ese día tan especial se elaborará una lista de las “debilidades personales que nos identifican” algo parecido al siguiente listado:

1. Debilidad por la música con mensaje

2. Debilidad por el futbol

3. Debilidad por salir a cenar los días viernes

4. Debilidad por salir de compras

5. Debilidad por estar conectado en internet

El siguiente paso es identificar la pasión dominante que provoca cambios en su persona, tales como: Salir antes del trabajo, olvidarse de un compromiso, comer cualquier cosa, no dedicar el tiempo suficiente a los hijos, dedicar poco tiempo a prepara la clase, a elaborar un presupuesto, a organizar el tiempo…

1. Debilidad por la música con mensaje ¿Pasión dominate?

2. Debilidad por el futbol ¿Pasión dominate? (SÍ)

3. Debilidad por salir a cenar los días viernes ¿Pasión dominante?

4. Debilidad por salir de compras ¿Pasión dominate?

5. Debilidad por estar conectado en internet ¿Pasión dominate?

Dedicar un tiempo para realizar esta reflexión personal es importante, más de lo que parece, porque cuando una pasión dominante genera cambios que altera las relaciones o la salud en la persona, con el tiempo puede perder su identidad, su entorno, su trabajo, su familia, perderse así mismo. Tal como acontece a nuestros hijos, alumnos y formandos que al entregarse a sus pasiones dominantes como el competir entre ellos por ver quién fuma más cigarrillos, o quien ingiere más alcohol, o quien tiene la novia más bonita, o quien tiene lo último en tecnología, o quién es el más inteligente, o el más astuto. En las jovencitas quien es la más atractiva, la menos gordita, la que viste según la moda, la que posee los accesorios de temporada.

Nuestros jóvenes después de esto terminan en crisis existencial, sintiéndose solos, sin amigos sinceros, en búsqueda de encontrar el sentido a la vida, a su vida.

Las pasiones dominantes nos afectan a todos, negar esta realidad o evadirla puede ocasionar conflictos mayores. Personas como Juan Pablo II, la M. Teresa de Calcuta, Gandhi, e incluso el mismo Jesús conocían su pasión dominante, aquella que debilidad personal que generó cambios asombrosos para ellos mismos y su entorno. Analizaremos un poco las actitudes de Jesús de Nazaret para descubrir su pasión dominante. Jesús realizó milagros como devolver la vista a un ciego de nacimiento, curar a un paralitico, resucitar al hijo muerto de una viuda, curar al sirviente de un centurión, revivir a la hija de Jairo, resucitar a su amigo Lázaro quien tenía tres días de muerto, sin contar la conversión de Zaqueo y tal vez de otros más.

Jesús dedicaba su vida a predicar que Dios amaba a todos como a hijos suyos, que Dios perdonaba a quien se arrepentía como perdono el padre de la parábola al “hijo prodigo”, predicaba también que Él era el buen pastor quien daba la vida por sus ovejas e incluso que salía a buscar aquella oveja que había extraviado el camino, Jesús se manifestaba dulce, comprensivo y amoroso con los débiles, con quienes sufrían, con quienes padecían la pobreza y la injusticia de las autoridades civiles así como de las autoridades religiosas de su época. Jesús tenía como pasión dominante el amor al Padre y la promoción de la dignidad que posee el ser humano desde su concepción hasta su deceso natural. Todas las acciones de Jesús indican que para Dios el género humano es importante al grado de que vale la pena entregar a su Hijo desde el pesebre hasta el momento de la Cruz. Cada persona desde el momento de la concepción es amada por Dios, lo crea o no.

Por tanto Dios quiere nuestro bien, porque nos ama y por nuestro bienestar es necesario dedicar un tiempo para nosotros e invitar a Dios en ese espacio pidiéndole que nos ayude a ver con claridad para no quedar eternamente confundidos creyendo que nuestras debilidades son fortalezas, encerrándonos en nuestras pasiones dominantes que provocan cambios personales y comunitarios. Si mejoramos nuestra calidad como personas tendrá un impacto en nuestros hijos, alumnos y formandos así como en nuestra familia, ambiente laboral y social.

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