viernes, 16 de noviembre de 2012

OrientaV




En la OV (Orientación Vocacional) se provee de materiales necesarios y personales para:

1° El conocimiento propio del individuo

2° El conocimiento de sus habilidades

3° El conocimiento de sus fortalezas

4° El conocimiento de sus debilidades

5° El conocimiento de las posibles ofertas académicas o laborales.

Todo este proceso no puede realizarse sin el silencio interior, que es una preparación remota, fundamental para los pasos siguientes...

1° EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO.

Algunos escritos sobre el tema que nos ocupa:

“Te advierto, quien quiera que fueres, Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la Naturaleza, que si no hallas dentro de ti mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro de los tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los dioses.” Frase inscrita en el antiguo Templo de Delfos

San Ambrosio escribe:" Conócete a ti mismo, hombre lo grande que eres y vigila sobre ti"

Ambas frases coinciden en el conociendo de sí mismo para llegar a un conocimiento más elevado. El conocimiento de lo divino.

San Agustín de Hipona exclama en relación al conocimiento de Dios lo siguiente:

"¡Oh Verdad! ¡Oh Belleza infinitamente admirable de Dios! ¡Cuán tarde te amé!, ¡Cuán tarde te conocí!"

La frase de San Agustín surge después de reconocer que había errado en sus decisiones y puesto que no encontraba paz y bienestar interior decide con humildad regresar al Principio y fundamento de su existencia con estas palabras -"Peregrino y enfermo, vuelvo a Ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera de Ti, y agobiado por el grave peso de mis males. Lo he visto; lo he experimentado: lejos de Ti no hay abrigo, ni hartura, ni descanso, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste".

El ser humano es libre, sin embargo la sabiduría que va adquiriendo con el paso del tiempo es el resultado de experiencias que le han servido para aprender que durante su existencia no le será fácil alcanzar sus metas. En la actualidad algunos de nuestros jóvenes han decidido experimentarlo todo, sin límite alguno, estas experiencias no logran saciar sus ardientes deseos de lo infinito. Así que después de "probarlo todo" se encuentran vacios aún de sí mismos.

¿Qué debemos hacer los padres, profesores, tutores, asesores y formadores? ¿Cuál es nuestra postura frente al vacio que ahora experimentan ellos? Si en verdad nos interesa su bienestar. Como estoy segura que así es, nosotros debemos hablar y orar por ellos una y otra y otra vez, aún cuando parezca que no hay cambio alguno. Pongamos nuestra confianza en Dios para Quien todo es posible.

San Ambrosio nos habla también de la grandeza del hombre. Actualmente algunos de nuestros jóvenes creen que su grandeza se encuentra en los bienes materiales, otros en una profesión, pocos en sus éxitos, y hay quien está convencido de que su grandeza se encuentra en lograr sus sueños, pero al experimentar la frustración esa grandeza parece cada vez más lejana y empiezan a cambiar su mentalidad y a conformarse con lo poco que puedan alcanzar o lograr en la vida.

Cuando la grandeza de ellos va más allá de sus sueños, de las frustraciones que deben superar. Su grandeza está en ellos mismos y como padres de familia, educadores y formadores tenemos el deber de abrir sus ojitos y enseñarles a ver más allá de lo aparente, a ver con los ojos del Amor para que comprendan y crean que su grandeza tiene su origen en el amor con que Dios los ama, hasta el grado de dar la vida por ellos, pues nadie da la vida por otros sin antes experimentar ternura por quienes se va a inmolar.

Por lo que es necesario que nuestros jóvenes experimenten el amor desde casa, desde la escuela, desde la Iglesia. Sólo sintiéndose amados ellos aprenderán a amar. ¿Ahora comprendemos el sentido que tienen las jornadas mundiales de la juventud dirigidas por el Santo Padre, Vicario de Cristo en la Iglesia? Nuestros jóvenes tienen la necesidad de sentirse amados, atendidos, escuchados y la cercanía del Santo Padres entre ellos es la presencia de Cristo quien no los deja solos.

Es necesario por lo tanto que sus padres en familia, sus maestros y formadores oren por los jóvenes que Dios les ha confiado, para que cumplan con la misión de formar "buenos cristianos y honestos ciudadanos" Don Bosco. Sólo así ellos creerán en Dios y en su Amor. Solo de esta manera nuestros jóvenes no se sentirán solos ante las dificultades o las frustraciones que en la vida tengan que afrontar.

Vigilar sobre sí, puede equipararse a estar alerta. Una vez que se ha llegado a cierto grado de conocimiento personal, se está consciente de las fortalezas y debilidades propias, es pues el momento de invertir toda nuestra atención en hacer crecer las fortalezas procurando que el incremento de las mismas minimicen las debilidades para lograr con ello ser personas congruentes, de esta manera la autoridad que se ejerce sobre los jóvenes tiene mayor peso porque perciben a una persona íntegra e integrada.


  

RECORDEMOS QUE MÁS ALLÁ DE UNA BUENA EDUCACIÓN, LA VERDADERA HERENCIA QUE SOSTENDRÁ LA VIDA DE NUESTROS HIJOS, ALUMNOS O FORMANDOS, ES LA FE EN ALGUIEN QUIEN TODO LO PUEDE, CRISTO JUESÚS.


¡NO LOS DEJEMOS SOLOS!